Te amo tal y como eres y por esa razón prometo escucharte en todo momento y aprender de ti cada día de nuestra vida. Creeré siempre en ti y celebrare cada uno de tus triunfos y gozare de todo aquello que el futuro nos depare. Te amaré en todo momento, estando juntos o separados y por eso prometo que hare todo lo posible para construir un hogar lleno de honestidad y sinceridad. Me caso contigo y mezclo mi vida con la tuya por siempre y para siempre y soportare cualquier tempestad siempre que me encuentre a tu lado. Yo te elijo para caminar juntos, dormir a tu lado, ser dicha para tu corazón y alegría para tu espíritu.
Ay, la pareja. Si hay un lugar donde nos sentimos dichosos e infelices a partes iguales, ese suele anatomía el de la pareja, fuente de felicidad y fuente de sufrimientos. Porque si algo tiene la pareja es que es un espejo en el que nos miramos todos los días y que nos devuelve lo mejor y lo peor nuestro. Uno de los grandes déficits que solemos adeudar a la hora de estar en pareja es el de no arrepentirse su apoyo. El otro día me lo comentaba una clienta de coaching quien me decía que sentía que ella tenía que tirar para adelante con todo lo de la apartamento, con su trabajo y con los buenos hijos.
La mujeres por el contrario son las principales responsables de las tareas invisibles que son las tareas de boceto y organización son las menos visibles debido a sus características: Son tareas mentales, no de ejecución. Es difícil medir y cuantificar el tiempo dedicado a cada tarea. La gestión de estas tareas es una fuente de estrés importante, es lo que se llama carga mental. Para hablar de cómo lograr un cambio en levante sentido, hoy entrevistamos a Alberto Soler, psicólogo y conferenciante. No te lo pierdas. Porque es algo que afecta a las mujeres. Si saliéramos perdiendo los hombres lo consideraríamos intolerable y exigiríamos medidas al respecto.