Lo que tienes que hacer es crear un ambiente idóneo para que el clima sea sensual, íntimo y despierte todos los sentidos. En lugar de comenzar ya en la cama, te recomendamos que para hacer gemir a una mujer no tengas prisa y le dediques tiempo a la conexión y a la diversión. La prisa es el peor enemigo de una mujer en la cama pues, como ya hemos dicho, ellas necesitan un poco de paciencia para que la excitación acuda a su cuerpo y la invada por completo. Te proponemos un juego: intenta evitar tocarle sus genitales, probad tocar cualquier parte del cuerpo y, así, descubriréis todos los puntos erógenos que hay y lo placenteros que son.
El mundo visto desde mi arista. El amante perfecto — Capítulo 2 Te vi entrar y mi mundo se detuvo. Sí, estoy llorando para no ahogarme — Tu respuesta era tan rara y franca que me pareció que merecía que el día llorara contigo. Lo que seguiría en mi rutina sería tomar mi cafe en 4 tragos, cruzar la calle y ser el primero en llegar a la oficina; pero como habías acción al día llorar, me convencí de que todos llegarían tarde y me senté a dos mesas de jalón, como si de alguna manera desde lejos te pudiera reconfortar. Mientras te miraba contemplar la lluvia me embelesó la manera en la que detuviste el tiempo. Sonó mi celular y me di cuenta que ya eran pasadas las 8, el tiempo en realidad no se había detenido y tuve que salir corriendo. Antes de que cruzaras esa puerta estaba molesto conmigo porque hoy no fuiste por café y yo que pienso baza no pude evitar pensar que tampoco siquiera se tu nombre.