A diferencia de las iniciativas de otros países europeos, dichos proyectos se orientaron a impulsar y controlar el proceso de reformas del Estado marroquí. Key words: Felipe Ovilo Canales, Spanish-Moroccan relationships, Restauration, public health, racial discourse, moors. Ovilo venía de pasar seis años de servicio en Cuba, donde la sublevación independentista iniciada en con el grito de Baire había obligado a emplear decenas de miles de soldados en una guerra que cerraría en falso el general Martínez Campos. Mohammed IV comenzó su reinado con una derrota militar contra España que, aparte del coste material y humano, se tradujo en ciertas concesiones territoriales ampliación de los campos exteriores de Ceuta y Melilla; adjudicación legal del enclave de Santa Cruz de la Mar Pequeña y en el pago de una cuantiosa indemnización económica financiada en parte a través de la intervención española de las aduanas portuarias 3. En estas circunstancias, las relaciones hispano-marroquíes a comienzos de los reinados de Alfonso XII y Hassan I ofrecían para España un perfil ambiguo. En la dura competición por asegurarse la posición preferente en el futuro reparto del Imperio Xerifiano, considerado como inevitable a medio plazo, una potencia como Francia desplegó una mezcla de expansionismo militar y penetración pacífica que pretendía debilitar el Estado marroquí y colocarlo en situación de dependencia civilizatoria a la manera argelina 5. En el caso de España, la debilidad frente a estas potencias dio lugar a una estrategia basada en el apoyo al proceso de reformas administrativas, económicas y militares de Marruecos. Se renunciaba con ello, en principio, a perseguir un dominio colonial sensu stricto del país, a cambio de obtener el protagonismo principal en sus transformaciones internas. A raíz del desenlace del conflicto se fue instalando la convicción de que, por culpa de medidas demasiado agresivas, Francia o Gran Bretaña podían hacerse con el control del país vecino, lo que supondría una amenaza directa para la integridad peninsular.
El artículo ofrece una argumentación y una descripción histórica detallada que muestra que la consolidación de la figura de la raza mexicana tenía referentes reales y convincentes para una parte importante de la población. Me interesé por estas cosas hace algunos años, embrujado por el sentimiento de singularidad, fronterizo con la autoobsesión, que teníamos en México cuando yo era estudiante, en los años setenta. No es acaso que el momento de la globalización neoliberal, que en México irrumpió con el derrumbe financiero dehaya metido a la intelectualidad en crisis. Se ha dado, por el contrario, en faceta ardua y laboriosa, de manera paulatina, equívoca y sutil. Lo que toca ahora no es tanto ahondar en nuestra supuesta o real singularidad, estrella hacer jugar nuestros puntos de aspecto para pensar el mundo.